Mandato de Guayaquil

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Las organizaciones de mujeres reunidas en Guayaquil los días 5 y 6 de noviembre convocadas por la Red JUBILEO 2000 y la Asamblea de Mujeres Populares y Diversas del Ecuador para el TALLER INTERNACIONAL EXPERIENCIAS Y PROPUESTAS DE ECONOMIA POPULAR Y FINANZAS SOLIDARIAS CON PERSPECTIVA DE GÉNERO PARA EL BUEN VIVIR
Expresamos al país:
Estamos viviendo una confluencia de muchas crisis: económica, ecológica, alimentaria, sexual y vemos con desesperación que las mujeres somos las más afectadas. Como resultado de esto se amplían las brechas de pobreza, marginación, exclusión. El incremento de violencia bajo múltiples formas: económica, física, sicológica, sexual hacia las mujeres atenta a la soberanía de nuestro cuerpo, entendida como el derecho y la capacidad de tomar decisiones que afectan nuestra vida y nuestro cuerpo.
La salud, educación, vivienda, empleo y salario digno han dejado de ser derechos básicos para una vida digna, ya que no tenemos acceso a los recursos productivos como la tierra, agua, crédito, conocimiento y tecnología entre otros.
No necesitamos escuchar cifras ni estadísticas para saber que estamos en crisis porque la sentimos en nuestros cuerpos como una carga cotidiana, en los cuerpos y vidas de las mujeres pobres, indias, negras, mestizas, productoras, consumidoras, del campo y la ciudad; del mangle y de páramos, del grupo glbt y más.
No solo hay falta de reconocimiento sino invisibilización de nosotras como actoras fundamentales y como motor de la economía popular, solidaria y formal. Esto se evidencia cuando observamos que en la composición y establecimiento de las cifras del PIB el trabajo de la mujer no es tomado en cuenta. Es así que el reconocimiento al trabajo doméstico remunerado y no remunerado que realizamos las mujeres no es valorado ni monetaria ni socialmente.
Frente a la crisis se ha dicho revolución ciudadana sin embargo en este proceso “revolucionario” no somos consideradas como actoras válidas en la construcción de un nuevo país equitativo e igualitario. Es preocupante y causa indignación ver la falta de predisposición del gobierno y la asamblea nacional al diálogo y escucha en la construcción de las leyes, en las cuales las mujeres seguimos ausentes.
Rechazamos la manipulación y la utilización que el gobierno hace de nuestras luchas, demandas y reivindicaciones. La revolución no es individual ni aislada, está en la obligación de remitirse al legado histórico de lucha, resistencia y propuestas de los movimientos de mujeres y sociales en general. Ahora más que nunca es urgente ratificar la defensa, fortalecimiento y autonomía de las organizaciones de mujeres.
Queremos cambios verdaderos, queremos una revolución que impulse un modelo diferente que supere la demagogia, sino que articule los ámbitos económicos, culturales, políticos y sociales. Con una visión amplia.
La revolución no puede ser depredadora, tampoco se hace atacando a la pacha mama y destruyendo el hábitat natural de todas las especies incluida la humana. Es por eso que necesitamos un modelo de desarrollo para el Buen Vivir de las mujeres y de todos, que se mantenga en el tiempo, que responda a las necesidades y demandas de los sectores más empobrecidos
No podemos esperar más, la deuda para con las mujeres es eterna e histórica, necesitamos cambiar el modelo ya. Exigimos se pague la deuda social porque las mujeres somos las principales acreedoras del sistema capitalista patriarcal y del modelo neoliberal.
En este contexto y luego del trabajo colectivo realizado, las organizaciones de mujeres aquí presentes exigimos:

1.- La integración latinoamericana y regional solo es posible con la participación y toma de decisión de las mujeres. Por lo que la nueva estructura financiera debe establecer la banca latinoamericana y regional para las mujeres.
2.- A los gobiernos latinoamericanos, y en especial al ecuatoriano a estar pendientes del cuidado y defensa de nuestros recursos naturales, ya que en esta crisis ecológica aumenta el apetito voraz de las transnacionales y gobiernos del norte.
3.- Que el Gobierno y la Asamblea Nacional inicien un verdadero proceso de diálogo donde se recojan nuestras propuestas y se las incorporen en el cuerpo de leyes que formarán parte del marco jurídico del país.
4.- Que la construcción de políticas públicas, programas y leyes, garanticen la soberanía alimentaria en el Ecuador colocando a pequeños y medianos productores/as y consumidores/as de sectores populares para que se efectivice el mandato constitucional del Sumak kausay.
5.- Que las políticas públicas, programas y leyes que tienen que ver con la economía popular y solidaria reconozcan, recojan y fortalezcan las experiencias de las diferentes organizaciones de mujeres y populares.
6.- Que en el presupuesto nacional 2010, se incluya un rubro destinado a las mujeres para la ejecución de políticas con enfoque de género, mismo que debe ser manejado por las mujeres. Así como un rubro especial dentro del instituto de economía Solidaria para nuestra capacitación y emprendimiento de nuevos programas y planes.
7.- La creación inmediata del Banco de las Mujeres que permita superar la gran brecha de inequidad social, económica y de género que padecemos las mujeres, haciendo uso del mecanismo de acción positiva contemplado en la Constitución. Recordándole a Ud. Sr. Presidente que esta fue su promesa de campaña para con nosotras las mujeres de sectores populares.
8.- Que en la discusión y conformación de la nueva estructura institucional se respeten los derechos aprobados en la constitución sobre la participación ciudadana y la paridad de género.
9.- Respeto los principios constitucionales de paridad de género en la constitución de espacios de participación ciudadana como la Conferencia de Soberanía alimentaria y el Consejo de Participación Ciudadana. Rechazamos la discriminación sufrida por dirigentes de organizaciones de mujeres y sociales que han postulado a estos espacios siendo rechazadas y rechazados por la lógica académica implementada por el sistema y fortalecida por este gobierno que desvaloriza el conocimiento y experiencia de años de trabajo.
10.- Que la transición del CONAMU hacia Consejo de la Igualdad sea democrática y convoque en sus estructuras a las diversas organizaciones de mujeres a nivel nacional. Esta nueva estructura debe ser descentralizada y recoger las voces de las mujeres populares y diversas del Ecuador y debe ser apoyo real de las mujeres, es en especial de aquellas que sufren maltrato y violencia. Creando condiciones económicas, políticas y sociales que posibiliten nuestra justa aspiración a la soberanía de nuestro cuerpo.
11.- Que se institucionalice de manera inmediata el seguro social para las amas de casa.
12.- Que el Gobierno Nacional y el INFA garanticen la estabilidad de laboral para las madres comunitarias en el proceso de transferencia; ya que ellas están sufriendo de precariedad laboral por estar impagas por varios meses.
13.- Que en los procesos de planificación y construcción de los Planes de Desarrollo instituidos en la Constitución no solo haya la participación de las mujeres sino que además se incluyan nuestras demandas a través de construcción, ejecución y dotación de recursos a planes y programas específicos en los que se visibilice nuestro trabajo.
14.- Se resuelva la demanda presentada por la Red de Mujeres Indígenas de Chimborazo, ante el Tribunal Constitucional en la que se pide se declare la inconstitucionalidad del Acuerdo Nro. 982 (Registro de la Sociedad Civil) que hace referencia al Registro único de organizaciones sociales.
Hacemos una llamado de manera urgente fortalecer las organizaciones de mujeres, indígenas, campesinas, ecologistas, populares y más. Tenemos una responsabilidad histórica de superar las brechas que nos mantienen divididas, por lo que es necesario afianzar y ampliar las redes y coaliciones entre nosotras. Debemos determinar mecanismos creativos para que todas estemos comunicadas y conectadas, implementado un plan estratégico donde TODAS, TODAS, TODAS ESTEMOS PRESENTES

¿Quiénes somos?

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Somos mujeres del campo y la ciudad; de los páramos, de los bosques, de la selva y del manglar; de la costa, de la sierra y amazonía; indias, negras, mestizas, cholas; campesinas, obreras, maestras, concheras, pescadoras, artesanas y muchas más … mujeres diversas, unidas por las ganas de vivir, de vivir bien, de vivir con dignidad .

Mujeres que hemos estado invisibilizadas y marginadas de las decisiones que tienen que ver con nuestra vida misma. Temas como el acceso a la tierra y agua; nuestra situación laboral, las difíciles condiciones de las mujeres jefas de hogar; la soberanía alimentaria y las pequeñas y medianas productoras; los derechos sexuales y reproductivos; la comercialización y el rol de las consumidoras responsables; la biotecnología y la investigación; la economía social y solidaria.... estos y muchos temas más vamos a debatirlos y posicionarlos dentro del marco del modelo de desarrollo que queremos.

¿Por qué juntarnos?

Durante las últimas semanas un grupo de mujeres de algunas provincias y organizaciones venimos cruzando ideas, propuestas y anhelos. Frente a la coyuntura mundial y nacional creemos que las mujeres debemos abrir espacios de confluencia para la reflexión y la acción:
Algo tendremos que decir sobre la vergonzosa forma en la que el gobierno norteamericano y los europeos están resolviendo la crisis mundial: regalando cantidades colosales de dinero para salvar a las transnacionales a costa de millones de pobres que estamos perdiendo empleo, vivienda, educación y salud. Estamos concientes de que en esta crisis las mujeres somos doblemente afectadas.


A nivel nacional, sabemos que las propuestas desde el Estado van a reestructurar las relaciones campo y ciudad, las relaciones laborales, en buena medida también las construcciones identitaria.

¿Cómo colocaremos nuestras propuestas en el marco jurídico y legal que se está armando?

El movimiento de mujeres tuvo un rol protagónico en la elaboración de la nueva constitución, la vía de entrada para la mayoría de procesos fue desde las demandas particulares pero colocando un debate más amplio sobre el país que queremos. Hay avances importantes, temas posicionados en el espacio público y privado, la lucha esta colocada, aunque todavía dispersa. En esta constitución nos fuimos metiendo en toda la norma, aun no ha sido escuchada en su totalidad nuestra voz y por eso estamos en lucha todavía.

¿Qué nos proponemos?

La instalación de un espacio político de mujeres que analice, debata, proponga y actúe desde la legitimidad del poder ciudadano sobre las leyes que se están elaborando en la asamblea nacional, en defensa de los derechos de las mujeres y bajo premisas irrenunciables como: “nunca mas una ley sin nosotras”.

Que a partir de temas concretos impulse el modelo de desarrollo soberano, democrático, justo, redistributivo, plurinacional e intercultural.

Desde la reflexión por la soberanía alimentaria, la minería y otros temas que nos convocan, la apuesta es colocar un marco de discusión que vaya más allá del accionar del gobierno, fortaleciendo el trabajo de las organizaciones para tener un ritmo más propio.

Sabemos que los temas fundamentales a trabajar tienen que ver con la afectación a la vida, con nuestro empobrecimiento, son temas de clase, que van más allá de las leyes. Pensamos que esta es una oportunidad para propiciar un espacio de rearticulación de las organizaciones de mujeres a mediano y largo plazo.

¿Por qué una Asamblea Popular de Mujeres Diversas?

Este un espacio en construcción, un espacio que disputa el poder ciudadano. Como mujeres de sectores populares nos sentimos castradas en nuestra capacidad de decidir, proponer, evaluar, construir un marco legal, pero también cultural, político y económico que transforme este modelo capitalista patriarcal que nos mantiene sometidas. Debemos reflexionar, revalorizar, reconstituir el tema de la ciudadanía, construirnos como mujeres mandantes, no solo de consulta y de voto.

Nuestro afán es disputar el sentido y el poder de la Asamblea Legislativa encargada de elaborar leyes que materialicen los avances constitucionales. En nuestra Asamblea conoceremos, debatiremos y tomaremos resoluciones sobre las leyes de minería y soberanía alimentaria. Sabemos que una ley por si sola no cambia la vida, pero también sabemos que son herramientas que nos sirven en la pelea para demandar y exigir nuestros derechos.